El hundimiento en la intención de voto al PSOE es perfectamente entendible en vista de lo que sucedido en las últimas semanas en el interior del partido. La división interna es evidente y se ha puesto de manifiesto en la votación que ha confirmado la decisión de abstenerse. Aunque la disciplina de voto podría dejarse de lado y que cada diputado socialista vote en conciencia algo que también sostiene Borrell. Al final, parece que se lograrían las once abstenciones que necesita Rajoy para ser presidente en la nueva legislatura tras las votaciones de la investidura en esta semana.
Es digno de análisis que el partido de la oposición de su apoyo sin negociación previa a su gran rival político. Salir del bloqueo político no lo justifica todo. Porque el gobierno en minoría de Rajoy va a tener que pactar y acordar continuamente sus medidas en el parlamento.
Las bases y la militancia no apoyan esta decisión de la dirección del partido. Y un número considerable de los miembros del Comité Federal no está de acuerdo con abstenerse. Miquel Iceta y Luena han insistido en aplicar la resolución de forma inteligente, aunque son partidarios del no y ya veremos lo que acaba votando el PSC.
Pedro Sánchez ya ha expresado en un tuit lo que piensa al respecto y se mantiene firme en espera de un resurgimiento de la militancia y de las bases de esta formación política. En lo referente a Pablo Iglesias que habla de una Gran Coalición estimo que plantea una posibilidad que, de momento, no está realizada, aunque se comprenda lo que quiere decir.
Al final, aunque se inicie una nueva legislatura en unos días no sé si será lo mejor para España. Porque los enormes desafíos del desempleo, la precariedad laboral, la desigualdad económica y la pobreza no parece que aplicando la misma política que hasta ahora tengan solución o que, al menos, se pongan en marcha, de una manera inmediata, medidas de apoyo económico a los ciudadanos que lo están pasando peor.
La Lomce, la ley de Seguridad Ciudadana y la política sanitaria y de empleo tal vez no puedan ser derogadas o modificadas suficientemente para garantizar una vida digna a todos los ciudadanos. Podemos seguir en unas condiciones muy similares a las que hemos tenido en estos últimos 308 días.
Si hubiera terceras elecciones quizás podría surgir un nuevo gobierno de coalición que adoptase medidas políticas más profundas desde la perspectiva social y económica.
De todos modos, la labor de las fuerzas políticas de la oposición parlamentaria va a ser decisiva. Y puesto que parece muy probable que el PP siga gobernando en la nueva legislatura que tenemos a la vista está claro que habrá que volver a una política de consenso y acuerdos parecida a la de los primeros años de la democracia.
El partido Popular debería estar más abierto a ceder en algunas cuestiones en la negociación política parlamentaria. Ya que la mayoría social demanda una serie de cambios que favorezcan a las capas de la población que están sufriendo por la escasez de trabajo y por la situación económica. Once abstenciones del PSOE serán suficientes para que Rajoy deje de estar en funciones algo que parece fácil.